29 de mayo de 2009

CARTAS DEL PASADO

Prisión de Fyffes, Santa Cruz de Tenerife, Isla de Tenerife, 1938

Queridísima hija,
Teniendo en consideración cómo está la situación en la prisión, he decidido enviarte unas últimas letras para despedirme en estos difíciles momentos en que me encuentro.
Desde hace mucho tiempo, más del que crees, las mujeres de nuestra familia han tenido una entereza especial, una capacidad para ver las cosas más allá de la realidad que nos rodea, una sensibilidad especial a sentidos que en el resto de las personas no se da. Tú también tienes este don antiguo; aprovéchalo. Pero hazlo sobre todo a favor de los más débiles, de los que tienen menos. Sé una mujer prudente y constante, planifica tu felicidad y se muy meticulosa para conseguirla. Comparte y recibirás. No tengas miedo, sé fuerte, ten valor para ser tú misma, tomar tus decisiones, marcar tu rumbo… No dejes nunca que ninguna soga te ate, ni siquiera la del amor; tienes una vida por delante, aprovéchala que eres joven.
Te confieso que tal vez no haya sido la mejor de las madres, el tiempo me juzgará, y me absolverá o condenará por todo lo que he hecho, pero ten por seguro que jamás dejo por hacer todo lo que estuvo en mi mano para conseguirte a ti y a tus hermanos un futuro mejor. Quizá ahora no se entiendan muy bien las razones que me motivaron a tomar las decisiones que tomé: Mi incorporación a la Federación, el partido, las reuniones en Vallehermoso…, Guillermo… todos fueron peldaños que conducían a un mundo con más justicia. El final de este sueño truncado es mi estancia en esta prisión, en este infierno donde la esperanza duerme ahogándose por la brutalidad de los carceleros. Habla con tu tía Amparito, ella los atenderá en todo lo que pueda, dile a Engracia que dejé todo arreglado por allá, que no se preocupe, y cuida de tus hermanos. Queridos míos, ya mañana no estaré entre ustedes, les mando un abrazo infinito y lleno de ternura. Recibiré la muerte, creyendo firmemente en los principios de la democracia, de la libertad y de la igualdad para todos. Tranquila y serena.

Tu madre, que te ama con locura.
Isabel Chinea.

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