9 de abril de 2009

SUEÑO DE UN CANARIO RESACADO




Tras los acontecimientos acaecidos en la primavera del año 2.038, y que pasaron a las historia con el nombre de “El Acuerdo de la Gomera”, provocados por la caótica situación socio-política canaria, con unos índices de superpoblación, marginalidad, desempleo, pobreza y corrupción política vergonzosos, sumado a años de política insostenible para el desarrollo del Archipiélago, y todo esto unido a la reacción popular canaria, que, consciente de su propia realidad, apostó por una propuesta política que cambiaría el sino de las Islas para siempre.
Alternativas minoritarias y utópicas en el pasado, se convirtieron en necesarias ante la penosa existencia de la Sociedad Canaria, que comprendió que había que acometer cambios orientados a garantizar el desarrollo sostenible y a que el Pueblo de estas Islas tuviera la oportunidad de escribir su historia con una impronta propia, una historia en la que ellos fueran los protagonistas.
El principio del cambio comenzó con la “Reforma de la Educación Canaria”, confeccionada para dotar a los canarios del siglo XXI de una Identidad casi perdida en el siglo XVII, y que en pocas generaciones formó a canarios con la memoria histórica suficiente para saber escoger su camino, y con la preparación necesaria para saberlo andar, comprendiendo que Canarias no se podía sustentar sólo del turismo, y que nuestras posibilidades reales pasaban por reactivar sectores económicos dejados de lado con la política subvencionista implantada en Canarias tras la integración de España en la CEE. También porque fueron pocos los que pensaron que el sector turístico podría superar las crisis padecidas tras el 11- S, los 10 años de guerra en el Golfo, los cambios medioambientales del año 2024, o el “crack” económico americano, con las consecuencias posteriores en el resto de la Economía Mundial, especialmente porque en aquel entonces el verdadero negocio en las Islas era la construcción alocada y la especulación del territorio. Estas crisis anteriormente citadas empobrecieron las Islas hasta entonces tan dependientes de los ingresos del turismo.
Con la experiencia de 60 años de industria turística en Canarias, que no es lo mismo que Industria Turística Canaria, se le dio un nuevo enfoque al sector, en el que ya no se vendía el tópico de “playa y sol”, sino que se confeccionó una oferta más selecta que potenciaba los aspectos culturales canarios, sus manifestaciones deportivas, folklóricas, gastronómicas e históricas, junto a la recuperación de los espacios naturales, tan deteriorados por aquella época. Se reconstruyeron los destinos basándose en la arquitectura popular, lo que dotó de personalidad propia a las Islas dentro del panorama turístico internacional, atrayendo a turistas que aunque menos numerosos, gastaban más, demandaban productos de la tierra y valoraban la Naturaleza Canaria y sus bellezas.
Fueron estas nuevas exigencias las que reactivaron otros sectores de la economía, con una nueva planificación que reformó nuestros campos, diversificándolos y protegiendo sus cosechas con la creación del “Mercado Interior Canario”, que ofrecía garantías a los agricultores de que sus productos entrarían en condiciones de preferencia a nuestro Mercado ante los productos de importación, y que tras la renegociación del “status quo” del Archipiélago permitiría la libre exportación a Europa de todos nuestros excedentes.
Estas nuevas condiciones agrícolas fomentaron la creación de una industria conservera y de transformaciones que fortaleció la independencia de las Islas en cuanto a abastecimiento se refiere.
Al dejar de ser las Islas puerta de entrada de Europa, el fenómeno de la inmigración se reguló, al perder interés el Archipiélago para las corrientes migratorias que hasta entonces habían utilizado las Islas como “frontera del paraíso”, y que habían creado una situación insostenible que afectaba y agravaba los problemas ya latentes en la Sociedad Canaria.
La “Ley de Control de Residencia y del Mercado Laboral” dotó de protección a los profesionales canarios, tan perjudicados por la invasión de mano de obra foránea llegada en diferentes oleadas entre finales del siglo XX y principios del XXI.
Se recuperó el “Puerto Franco”, que reactivó el comercio en las Islas y el tránsito de mercancías por nuestros puertos y aeropuertos, y atrajo el capital inversionista que huía del “crack” económico americano y buscaba seguridad y rentabilidad en los bancos canarios, que fortalecieron al Estado, ocupado en reinvertir esos ingresos en la Sociedad en forma de servicios, prestaciones, política social, ayudas, infraestructuras y especialmente en materia de Sanidad, en la que se pasó en 10 años de ser la peor de Europa a estar a la vanguardia mundial.
La renta per cápita del canario mejoró considerablemente, y en el año 2050 casi se logra el pleno empleo, con índices de paro laboral inferior al 2%. Canarias, sus recursos y posibilidades, se habían puesto a disposición de su Pueblo y la vida en las Islas volvía a ser afortunada...
... De repente, sentí un estruendo que me despertó, una involuntaria ventosidad de mi mujer me devolvió a la realidad, eran las 6:00 a.m. del 15 de julio del 2002, Canarias sigue siendo un desastre, nuestra Cultura y Tradiciones desaparecen bajo la influencia de la Globalización Cultural, el crecimiento demográfico augura que los canarios seremos minoría en breve, me aguarda una jornada de 12 horas para una Empresa de Trabajo Temporal que presta servicio a unos grandes almacenes, que me paga el sueldo base con un contrato basura. Mi mujer es ama de casa porque nos es más rentable que mandar a nuestro hijo pequeño a una guardería privada, porque en las del Estado no hay plaza. Mi hijo mayor va al Grupo Escolar “Secundino Delgado” de mi barrio, debo dos plazos de hipoteca y en Agosto me viene el seguro del coche, sobrevivir en Canarias cuesta un “güebo”, y del futuro mejor ni hablar.

1 comentario:

  1. Hola, el blog esta muy bien, por fin un sitio para el Canario por un Canario SUERTE Y ADELANTE

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